70 Aniversario/Contribuciones del INCAP
A continuación, se presenta una serie de artículos en que se describen algunas de las principales contribuciones del Instituto.
Los artículos contienen bibliografía que puede ser consultada en la Biblioteca del INCAP.
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Contribución 1
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Contribución 2
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Contribución 3
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Contribución 4
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Contribución 5
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Contribución 6
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Contribución 7
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Contribución 8
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Contribución 9
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Contribución 10
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Contribución 11
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Contribución 12
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Contribución 13
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Contribución 14
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Primeras investigaciones del INCAP sobre la malnutrición aguda
Con la creación del Instituto de Nutrición de Centro América y Panamá (INCAP) en 1949, se llevaron a cabo los primeros estudios en Guatemala sobre epidemiología, características y tratamiento de la desnutrición aguda, y sus complicaciones clínicas como el marasmo y kwashiorkor.
El primer estudio epidemiológico publicado en 1954, fue del Dr. Moisés Behar, quien determinó que estos tipos de padecimientos eran resultado de una deficiencia grave de proteínas en relación con las calóricas, siendo un descubrimiento científico novedoso de la época a nivel mundial.
Asimismo, se identificó que el marasmo se caracterizaba por un adelgazamiento patológico muscular y la ausencia de grasa subcutánea. Los pacientes con esta enfermedad tenían un 60% menos del peso esperado para su talla y mostraban un marcado retraso en crecimiento longitudinal.
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Avances sobre interacciones de la malnutrición y las infecciones
El estudio prospectivo sobre la Salud y Crecimiento en niños y niñas de la comunidad de Santa María Cauqué de Santiago Sacatepéquez, desarrollado por el Instituto de Nutrición de Centro América y Panamá (INCAP) y liderado por el Dr. Leonardo Matta de 1964 a 1972, evidenció que la infección era el principal factor determinante de la desnutrición y mortalidad en niños y niñas menores de 5 años.
Previo al estudio, se tenía conocimiento que en la década de 1940 las enfermedades infecciosas eran muy comunes y devastadoras en la aldea, según el Registro del Ayuntamiento creado desde 1936. Epidemias simultáneas de disentería, enfermedades respiratorias, tos ferina y sarampión asolaron la aldea, matando hasta el 7% del total.
Ante estos datos, la investigación evaluó el crecimiento corporal, prácticas dietéticas, análisis microbiológico y el estado de salud de 458 bebés, a los cuales se les dio seguimiento hasta los 3 a 5 años de edad.
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Creación de la Incaparina: fuente de proteínas de origen vegetal
Debido a la alta incidencia de niños severamente desnutridos, en la década de los años 50's el Instituto de Nutrición de Centroamérica y Panamá (INCAP) inició una serie de investigaciones para aumentar la disponibilidad de proteínas en la población.
La deficiencia proteica en Guatemala fue sumamente compleja en esos años, siendo un factor de importancia la escasez de fuentes adecuadas de proteína para uso en alimentación de niños pequeños y a su vez, el acceso para la población. En la mayoría de las regiones tropicales y subtropicales la disponibilidad de leche y de otros alimentos de origen animal era bastante limitada, más aún en relación con el poder adquisitivo de la población y por otros factores, como la falta de facilidades de tránsito de transporte y de medios para preservarlos.
La necesidad de solucionar este problema hizo que el INCAP, concibiera la idea de utilizar para consumo humano fuentes disponibles de proteínas vegetales. Es así como el equipo de científicos encabezado por el Dr. Ricardo Bressani Castignoli, emprendió la creación de un alimento fácil y adaptable a los hábitos alimenticios de la población, que estuviese dentro de sus posibilidades económicas, que fuese fácil de transportar, preservar y preparar bajo las condiciones prevalentes, y además fuera nutricionalmente adecuado para complementar las dietas de consumo habitual, con las proteínas necesarias.
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Intervenciones nutricionales durante los primeros mil días de vida mejoran el desarrollo del capital humano
El Estudio Longitudinal del Instituto de Nutrición de Centro América y Panamá (INCAP) en el Oriente de Guatemala (ELIO), que inició hace 50 años, y que entre 1969 y 1977, llevó a cabo una intervención nutricional de crecimiento y desarrollo en 2392 niños menores de 7 años, nacidos entre 1962 y 1977, mujeres embarazadas y lactantes en 4 comunidades rurales del departamento El Progreso.
Durante el estudio se brindó un suplemento rico en proteínas (atole) que consistió en una mezcla de vegetales mejor conocida como Incaparina, (creada en 1956 por el Dr. Ricardo Bressani y su equipo), leche descremada y energía (azúcar) distribuida como una bebida caliente (atole) en dos aldeas, y una bebida saborizante sin proteínas, energía ni vitaminas, la cual consistía en saborizantes y azúcar (refresco), distribuida en las otras dos aldeas.
El consumo se registró cuidadosamente para cada niño menor de 7 años y para todas las mujeres embarazadas o en período de lactancia. Los sujetos recibieron inicialmente una taza de suplemento (180 ml), aunque se proporcionaban tazas adicionales si se solicitaban. Es de acotar, que la mayoría de los niños de las comunidades estaban por debajo de las medidas de crecimiento de referencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Las infecciones diarreicas y respiratorias fueron causas frecuentes de morbilidad.
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Fortificación de Alimentos Nota Técnica
Carolina Martínez, Mónica Guamuch, María Antonieta González, Manolo Mazariegos
La fortificación de alimentos aplicada como programa de salud pública es la estrategia más costo-efectiva que el INCAP ha desarrollado, apoyado y promovido para controlar y eliminar las deficiencias de micronutrientes en la región centroamericana. Un alimento se considera buen vehículo para la adición de los micronutrientes deficitarios cuando es consumido por la población a riesgo, el consumo per cápita es poco variable; la adición del (o los) nutriente (s) no produce cambios organolépticos (color, sabor, olor) apreciables o son aceptables; los micronutrientes presentan estabilidad y homogeneidad adecuadas, incluyendo la no segregación, bajo condiciones normales de uso y almacenamiento; y su costo sea razonable (1)(2)(3).
El aporte del INCAP, a través de los años, ha sido determinante en el desarrollo y mantenimiento de los programas de fortificación de alimentos, como es el caso de la demostrada efectividad de la yodación de la sal para el control del bocio en los países miembros del Instituto(4).
Otro logro importante fue el desarrollo del programa de fortificación de azúcar con vitamina A por el Dr. Guillermo Arroyave y otros investigadores del INCAP, en colaboración con el sector productor de azúcar de Guatemala. La práctica de añadir vitamina A al azúcar inició en 1975 acompañada de un estudio de campo para verificar su efectividad biológica. En varias poblaciones rurales de Guatemala se demostró que el consumo de azúcar fortificada con vitamina A, en menos de seis meses, incrementó los niveles de retinol plasmático, el retinol en la leche humana, y las reservas de retinol hepático(5)(6). Así nació uno de los ejemplos clásicos en el mundo de una intervención exitosa de la nutrición pública contando con la participación, del INCAP, del gobierno y la iniciativa privada. Los resultados de la Encuesta Nacional de Micronutrientes 2009-2010 revelaron que la deficiencia de vitamina A en Guatemala, no constituye problema de salud pública, en la actualidad el sistema de vigilancia confirma este logro.
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SAL: Vehículo para la intervención y eliminación de los transtornos por deficiencia de yodo
El INCAP identificó desde los primeros años de la década de los 50´s que la deficiencia de yodo era un problema de salud pública en Centro América y especialmente en Guatemala.
La deficiencia de este nutriente provoca dependiendo de su gravedad, bajo rendimiento escolar, baja productividad, retardo físico y mental, sordomudez, deformaciones físicas, cretinismo, mortalidad fetal y aborto.
El periodo más crítico es durante la formación intrauterina y los primeros dos años de vida. En niños mayores y adultos, la deficiencia de yodo se reconoce por el incremento de tamaño de la glándula tiroides, afección que se conoce con el nombre de bocio o güegüecho.
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Flúor en la sal: el vehículo para la buena salud bucal
El flúor es un elemento químico del grupo de los halógenos de la tabla periódica. Es un gas a temperatura ambiente, de color amarillo pálido siendo el más electronegativo y reactivo de todos los elementos.
Existen evidencias científicas que demuestran que la administración de flúor en dosis óptimas, reduce significativamente la prevalencia e incidencia de la caries dental sin riesgo para la salud, aumenta la resistencia del esmalte de los dientes y aumenta la densidad ósea. Se trata de un método viable dado que la sal es un producto básico en la alimentación, de escaso costo y fácil de obtener.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) refiere que entre el 60% al 90% de los escolares y casi el 100% de los adultos tienen caries dental en todo el mundo. Las enfermedades periodontales graves, que pueden desembocar en la pérdida de dientes, afectan a un 15%-20% de los adultos de edad media (35-44 años).
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Azúcar primer vehículo para la fortificación de la vitamina A en Guatemala
La deficiencia de vitamina A era común en la región centroamericana en las décadas de 1950 y 1960, pero fue a través de las encuestas nutricionales de Centro América y Panamá en 1965-1967, que se confirmó la existencia de un problema serio de hipovitaminosis A en la población.
Entre los efectos adversos que ocasionaba la falta de vitamina A en el crecimiento y el desarrollo de la niñez se identificaron: la baja en los mecanismos de defensa inmunológica, las infecciones en la capacidad visual y reproductiva, y en el deterioro de la conjuntiva y córnea de ojo, pudiendo producir ceguera permanente.
Asimismo, las investigaciones comprobaron que la deficiencia era directamente atribuirles a limitaciones en el acceso a alimentos ricos en vitamina A, la cual se puede encontrar en el hígado, yema de huevo, leche y subproductos, mantequilla, papaya, aceite de peces, zanahoria, mango y hojas verdes, que, en gran medida por la pobreza económica de grupos de la población, no se tenía acceso.
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Herramientas de Vigilancia Alimentaria y Nutricional del INCAP
Con el propósito de fortalecer los sistemas de vigilancia, monitoreo y evaluación en alimentos y nutrición, el Instituto de Nutrición de Centro América y Panamá (INCAP) ha desarrollado herramientas técnicas.
Las Recomendaciones Dietéticas Diarias del INCAP (RDD), fueron publicadas en 1973, basadas en las recomendaciones de grupos internacionales de expertos y en experiencias propias del Instituto, lo cual ha resultado ser una útil herramienta para los profesionales de la nutrición, salud pública y otros grupos relacionados a la seguridad alimentaria y nutricional.
En 1994, el INCAP hizo una revisión de los requerimientos y recomendaciones nutricionales sobre las características nutricionales de los alimentos y dietas consumidas en diversas partes del mundo, lo que originó una nueva publicación sobre las recomendaciones dietéticas para la población centroamericana.
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Comunicación y educación alimentaria y nutricional generada por el INCAP
Para el Instituto de Nutrición de Centro América y Panamá –INCAP- ha sido fundamental la difusión de conocimiento y educación sobre nutrición, a nivel de la población que contribuye a la solución de los problemas de alimentación y nutrición de la región.
En sus primeras décadas, el INCAP desarrolló materiales educativos y láminas narrativas como “Aprendiendo Nutrición” dirigido a técnicos y público en general, con el objetivo principal de facilitar la enseñanza en alimentación y nutrición; además de una serie de boletines denominados “Boletín Avances en Alimentación y Nutrición”, que presentaba los avances científicos y tecnológicos relacionados con la salud, alimentación y nutrición, que promovieran el intercambio de información y experiencias científicas entre los países del istmo centroamericano, dirigido a profesionales y técnicos involucrados en acciones de alimentación y nutrición.
A partir del material “Aprendiendo Nutrición”, se editaron folletos relacionados a la disponibilidad, producción y utilización de recursos alimentarios y conocimientos básicos, sobre los procesos humanos de alimentación y nutrición, de los cuales nació la publicación INCAP: Contenidos Actualizados de Nutrición y Alimentación -CADENA-.
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Creación e impulso de la carrera de Nutricionistas en la región Centroamericana y a nivel Global
La formación de recursos humanos multidisciplinarios, calificados, motivados y actualizados sobre los conocimientos en nutrición, es uno de los principios básicos del Instituto de Nutrición de Centro América y Panamá -INCAP-.
Entre los años 1960 a 1966 se inició el desarrollo del Curso Especializado de Nutrición Aplicada que fue impartido para Dietistas de América Latina –CENADAL- al que asistieron representantes de las Escuelas de Dietistas del continente. Este primer curso dio paso a mejorar el nivel académico de los participantes dando como resultado ampliar el campo de estudio de dietista a nutricionista.
En consecuencia, el INCAP creó en 1964 la División de Enseñanza, bajo la dirección del doctor Carlos Tejada Valenzuela, quien concentró sus esfuerzos en los programas de nivel académico, y en colaboración con la Universidad de San Carlos de Guatemala, organizó el Centro de Estudios Superiores en Nutrición y Ciencias de los Alimentos -CESNA-, el cual incluía la Escuela de Nutrición y Dietética, a nivel de licenciatura, para la formación de profesionales.
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El INCAP trabaja en la prevención de enfermedades crónicas no transmisibles
La malnutrición y principalmente el sobrepeso y obesidad son factores de riesgo en las Enfermedades No Transmisibles (ENT) como diabetes, hipertensión arterial y cáncer, las cuales representan las principales causas de enfermedad y muerte en la población mundial. Los cambios alimentarios hacia comidas más procesadas con alto contenido de sodio, azúcar y grasa son las causas esenciales, cambios que afectan tanto la salud humana como el medio ambiente.
Con el objetivo de estudiar estas enfermedades y cambios alimenticios, en 2010 el Instituto de Nutrición de Centro América y Panamá –INCAP- crea el Centro de Investigación del INCAP para la Prevención de las Enfermedades Crónicas –CIIPEC-, el cual trabaja en tres ámbitos: evidencia científica, incidencia política y formación de recursos humanos.
El trabajo del CIIPEC en esta materia está orientado a comprender mejor el rol de los diferentes factores que contribuyen a padecer enfermedades crónicas, tales como los alimentarios (macro y micro nutrientes y nutrición temprana); asimismo, los factores energéticos (densidad energética de los alimentos, nivel de actividad física, etc.).
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La teoría y la práctica de la nutrición en el desarrollo nacional
El Instituto de Nutrición de Centro América y Panamá –INCAP- y la Organización Panamericana de la Salud –OPS-, ha promovido la iniciativa de Seguridad Alimentaria y Nutricional, conocida por las siglas SAN, como una estrategia con enfoque multicausal y multisectorial para reducir los efectos de la pobreza en salud y nutrición, y así contribuir al desarrollo humano de los grupos más vulnerables.
Es de resaltar que esta iniciativa intenta responder a una Centroamérica afectada por el desempleo y subempleo, la inmigración, la reducción en el poder de compra, la devaluación en los precios del café, las consecuencias de los desastres naturales, factores que contribuyen a la inseguridad alimentaria y nutricional de la región.
En la XIV Cumbre de Presidentes de Centroamérica celebrada en Guatemala en 1993, nació esta propuesta cuyo fin es garantizar el acceso, producción, consumo y adecuada utilización biológica de los alimentos a las poblaciones centroamericanas que conforman los grupos en situación de pobreza y extrema pobreza. Para ello se le solicitó al Consejo de Ministros de Centroamérica (COMISCA), a la Secretaría de Integración Centroamericana (SICA) y al INCAP/OPS apoyar acciones dirigidas al logro de la SAN en la Región.
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Biblioteca del INCAP: 70 años dando respuesta a la búsqueda de información científico-técnico
La Biblioteca del Instituto de Nutrición de Centro América y Panamá –INCAP- inició sus funciones paralelamente a las del Instituto, por iniciativa del Doctor Nevin S. Scrimshaw, con el objetivo de resguardar toda la investigación primaria que realizaba el INCAP en Guatemala, principalmente en temas sobre desnutrición, hábitos alimentarios, consumo de alimentos, el estado nutricional de la población y la primera Encuesta Nutricional de las Poblaciones de Centroamérica.
Sus colecciones se empezaron a formar a partir del material bibliográfico que servía como fuente de documentación en apoyo a tres áreas de trabajo: los hábitos dietéticos, las deficiencias nutricionales prevalentes en la región y la composición de alimentos locales, de las cuales se sabía poco, y que fueron de suma importancia para iniciar sus labores.
Los primeros aportes bibliográficos que sirvieron de base para formar la Biblioteca fueron:
- Artículos de revistas y folletos de propiedad del Doctor Nevin S. Scrimshaw, primer director del INCAP.
- Se recibieron también unos libros duplicados de la Biblioteca de Washington, D. C.