En respuesta al llamado del Informe de Nutrición Global 2014 para una revolución de los datos de nutrición, los esfuerzos globales, regionales y nacionales se han centrado en abordar las brechas de datos y las barreras para fortalecer la cadena de valor de los datos de nutrición. El Informe de nutrición mundial de 2018 destacó específicamente la falta de datos sobre la carga mundial de micronutrientes y la necesidad de más datos de vigilancia para alcanzar los objetivos mundiales.

Ninguna fuente de datos puede servir para todos los propósitos y satisfacer todas las necesidades de información en un país. Los datos nutricionales oportunos, de alta calidad y basados ​​en la población son fuentes clave de información requeridas por los formuladores de políticas y los implementadores de programas para tomar decisiones basadas en evidencia. Estos datos se utilizan para la planificación y promoción de la nutrición, para mejorar los programas de nutrición y apoyar la implementación efectiva y segura, para la rendición de cuentas de los compromisos e inversiones de los gobiernos y las agencias, para monitorear las tendencias en la desnutrición y para hacer un seguimiento del progreso para alcanzar los objetivos globales, como el 2025 Asamblea Mundial de la Salud Metas Mundiales de Nutrición y los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030. También ha habido llamados para compartir conocimientos tácitos y basados ​​en la práctica con respecto a los esfuerzos para fortalecer los datos disponibles.

En Guatemala, >40% de los niños menores de 5 años tienen retraso en el crecimiento y >15% tienen deficiencia de hierro; entre las mujeres no embarazadas en edad reproductiva, casi el 60% tiene sobrepeso u obesidad, y >17% tiene deficiencia de hierro. En Guatemala, la inversión sostenida y a largo plazo en intervenciones sensibles a la nutrición y específicas de la nutrición, tal como se expresa en el plan y presupuesto nacional anual de alimentación y nutrición para 2014 a 2018, se ha considerado inestable e insuficiente para satisfacer las necesidades nutricionales de todos los grupos vulnerables. En Guatemala, la evidencia para guiar la formulación de políticas y la implementación de programas de nutrición se ha centrado en las Encuestas Demográficas y de Salud (DHS) realizadas cada 5 a 8 años, que brindan información crítica para el país. El Ministerio de Salud y otros ministerios e instituciones producen otras fuentes de datos de salud y nutrición a través de sistemas de rutina, pero la participación y cobertura del sistema de salud pública es de ~70%. Ni el DHS ni los sistemas de información del gobierno brindan datos sobre todas las intervenciones específicas de nutrición a gran escala que se implementan en el país o el estado de micronutrientes de las poblaciones vulnerables. Con base en las experiencias en Nicaragua con el gobierno estableciendo el Sistema Integrado de Vigilancia de Intervenciones Nutricionales con el apoyo de socios, en 2010 la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), el CDC y el Instituto de Nutrición de Centroamérica y Panamá ( INCAP) comenzó a apoyar y brindar asistencia técnica a las agencias gubernamentales guatemaltecas y otros socios en el país para desarrollar un sistema de vigilancia nutricional que satisfaga las necesidades de formulación de políticas y la implementación efectiva de programas, tomando en consideración preguntas relevantes que los actores políticos y técnicos guatemaltecos necesitan responder para guiar las decisiones nacionales en materia de seguridad alimentaria y nutricional.

El propósito de este artículo es describir los procesos, métodos y lecciones aprendidas del desarrollo e implementación de un sistema nacional de vigilancia epidemiológica en nutrición y salud basado en la población en Guatemala 2011-2021.

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