Palabras de Dr. Leopoldo Espinoza Quintanilla:
Anselmo, cada fin de año anunciaba que viajaría a Los Ángeles, este 22 de agosto 2016 no anunció este viaje. Se fue con ellos y junto a otros ángeles deben ya estar reunidos para presentarles su agenda de trabajo, en ellas debe contener todos los frutos obtenidos en la tierra, en la que se denotan palabras sabias… cómo entender al ser humano, cómo librarlo de luchas injustas y cómo demostrar el ser amigo de la causa por la que se lucha.
Esa misma agenda debe iniciar diciendo cómo crear y desarrollar una familia sana con hijos e hijas que defiendan el derecho más sagrado de la alimentación, los derechos y deberes sagrados de la vida llenos de micro-nutrientes, una vida llena con estándares de crecimiento aceptados por todos, una vida plena de paz, alegría, que se respete el derecho a la vida, que se cumpla con los dones de salvaguardar la vida y no caer en los designios de la violencia humana.
Pero se encontrará con otros ángeles pensantes que le preguntarán cómo seguir desarrollando lo que más le gusta al ser humano y él como buen maestro mostrará las claves del éxito de una alimentación saludable, de una actividad física incesante, de estar libres de humo, del desarrollo humano desde el vientre materno sin faltar una alimentación adecuada para la madre, el niño, el infante, el adolescente, el adulto joven, la persona mayor, y todos responderán ¿dónde se construye esto? Y él sonriente responderá: en el curso de vida y en la práctica en Boca de Mao.
Y siguiendo con la agenda se podrá leer, cómo no decir adiós sino que hasta pronto, mis amigos, mis conocidos, mis alumnos y nos vemos en el carnaval de la vida donde les espero y les preparo lugar para que me acompañen.
Ah y olvidaba mencionarles que en el Caribe existe una familia tan grande en lo académico, en lo emocional, en lo espiritual, que en los últimos años de mi vida me enseñaron a quererles y me demostraron todo el amor, la solidaridad, la aceptabilidad, y mi vida giró en darles todo mi conocimiento en nutrición y otros temas que me gustaba compartir, esa es mi segunda patria, la que me vio trasladarme a la eternidad y la que tendré siempre a mi lado; en uno de mis costados mi linda Nicaragua y en el otro costado mi amada República Dominicana.
En la sede del INCAP, en Guatemala, los pabellones nacionales de cada país de la región fueron izados a media asta por compañeros incapenses, en homenaje a Anselmo.
Las notas de La Granadera y de los himnos de Nicaragua y República Dominicana rompieron el silencio, todos los incapenses presentes portamos una insignia
de luto y ofrecimos un minuto de silencio en su honor.